Un plato muy sencillo y rápido de hacer.
Una dorada mediana
Dos dientes de ajo
Una pimienta cayena
Pimienta negra
Vinagre de Jerez
150 ml de vino blanco
Le pedimos al pecadero que nos abra la dorada y que le quite la espina central. Al llegar a casa, la limpiamos y secamos bien con papel de cocina.
Doramos los ajos cortaditos junto con la cayena en una sartén y dejamos que el aceite se temple. No es conveniente regar la dorada con aceite supercaliente.
Ponemos un poco de aceite en una fuente de horno y colocamos las dos mitades de la dorada con la piel hacia abajo. Salpimentamos y las regamos con un poquito de vinagre y a continuación echamos el aceite por encima y los ajitos. Podemos quitar la cayena (ya ha aromatizado el aceite).
Introducimos al horno a 200ºC durante 18 minutos. Cuando lleve 9/10 minutos abrimos el horno y las regamos con el vino blanco.
Si tenéis mucha prisa podéis dejar el aceite con los ajitos dorados preparado el día anterior. El plato estará en lo que ponéis la mesa y preparáis el resto de la comida: una ensalada o una pasta rápida.